Como toda moda que se precie de serlo, el
palo selfie o selfie stick ha pasado de ser considerado un invento estúpido, a
accesorio casi indispensable. ¿Cómo? Nadie lo sabe, pero forma parte de esa
contradicción constante en la que el ser humano se mueve últimamente, en la que
se puede pasar de estupidez a tendencia en cuestión de horas.
Sea como fuere, el palo para selfies es un
auténtico furor, lo que le ha llevado a convertirse en el regalo de las pasadas
Navidades. Según fuentes de Amazon España, las ventas de este tipo de
accesorios han aumentado un 400% durante el mes de diciembre.
Pero ¿qué es y para que sirve un palo para
selfies? La verdad es que no tiene mucho misterio, simplemente se trata de un
brazo telescópico extensible preparado para sujetar en el extremo un
smartphone, o una cámara de acción tipo GoPro o cámara compacta convencional.
Vamos, que el palo selfie no es más que un
trípode monopie de toda la vida pero más ligero, compacto, y portable.
Para accionar el botón de disparo, que
obviamente nos pilla un poco lejos de la mano cuando accesorio para autofotos
está extendido, cuenta con un obturador inalámbrico por Bluetooth que puede
estar integrado directamente en el mango del palo selfie, o en forma de pequeño
mando independiente.
En el primer caso suelen incorporan una
batería recargable por USB, mientras que en el caso de los mandos
independientes, éstos suelen alimentarse mediante una pila plana de larga
duración.
¿Cuál de las dos
opciones es mejor? Personalmente me decanto por los palo selfie con mando
Bluetooth independiente, ya en los modelos que llevan el disparador en el mango
se puede producir trepidaciones al pulsar el botón y que la foto quede movida
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