Una pantalla flexible es una pequeña
variación de los actuales paneles de imagen que se venden comercialmente, con
la peculiaridad de poder ser dobladas. Se han desarrollado transistores de
película delgada (Thin-film transistor) de nanotubos de carbono para crear
dispositivos flexibles y transparentes de alto rendimiento.
En 2007, la empresa japonesa Sony, consiguió
realizar el primer prototipo de este tipo de pantallas.
El primer prototipo de Sony1 , disponía de
una pantalla de 4,1 pulgadas de diagonal, y un grosor inferior al de un pelo
humano. Este grosor posibilita y mejora la capacidad de flexión de la pantalla,
dotándola de una torsión tal para ser enrollada en un lápiz. El prototipo
implementó un panel de tecnología OLED (LED orgánico), que conseguía una
calidad más que suficiente.
Después de este lanzamiento, otras
multinacionales, como la surcoreana Samsung, han conseguido resultados
similares a los de Sony, pero esto no fue hasta 2011. En este mismo año, la
finlandesa Nokia2 , ha presentado al público un prototipo de reproductor
multimedia que disponía de esta tecnología.
Funcionamiento
Las pantallas flexibles se basan en la
tecnología OLED (acrónimo inglés de organic light-emitting diode) que es un
diodo que se basa en una capa electroluminiscente formada por una película de
componentes orgánicos que reaccionan, a una determinada estimulación eléctrica,
generando y emitiendo luz por sí mismos. Una de las características de estos es
que al usar un compuesto orgánico, es posible utilizar plásticos flexibles que
nos permiten doblar las pantallas, además pueden ser extremadamente delgados.
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